Por José Luis Benejam
10 Junio 2018
Hace algunos días vi un partido organizado de campeonato de niños y a lo lejos me puede acercar detrás de la cerca, organizado en un empastado también agradable para jugar al fútbol, lo que me llamo la atención fue ver a mucha gente, para ser exactos familiares como papas hermanos, abuelos, primos y mas, realmente me agrado de primera instancia así que me tome más atención, reconociendo la falta de calidad, tenían aproximadamente 10 años la mayoría de los participantes en el rectángulo natural . Me lleno el ojo un niño portero que tiene grandes cualidades, le marcaron muchos goles pero seguro será muy bueno por las habilidades presentadas, a la postre fue el mas criticado por la porra.
En el avance del partido los jugadores no fueron los protagonistas cambio todo a los gritos de los familiares ya que llego un momento que no le hacían caso al director técnico, resulto que los nuevos protagonistas se sentían los mejores entrenadores o exjugadores de fútbol, cambio a un espectáculo de desesperación de gritos y mentadas. Por cierto el árbitro no marcaba nada a la nobleza de los niños que ellos mismos dirigían la disciplina pero con ese nervio de ver a los familiares acompañados de reclamos y de la confusión. Todo es por ganar cuando en esa edad debería de ser para reír y disfrutar el juego.
Deberíamos cambiar y no dar trofeos de campeones a ciertas categorías, simplemente aprender a jugar y respetar a los rivales como de la misma porra.
Yo he sido entrenador de niños pero a la distancia veo que se siguen con esas formas de agresiones de familiares con esos desplantes que no van a la enseñanza sin ese detalle de alentar. Para mí el Profesor es el que manda en todo el entorno del equipo de formación hasta poner un alto a los familiares, manejando el carácter con disciplina pero enseñando valores y ética como del deportivismo en la cancha y fuera de ella, el fútbol es una forma de vida.
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